La máquina atorada.

Hoy me he levantando queriendo decir mucho..
Sé qué será uno de esos días duros, que tu memoria intachable te recuerda cada escena.
Me duele la garganta,  las palabras atoradas no me dejan respirar.
La noche ha pasado con sus sueños y moraleja, que en la mañana siempre omito o simplemente olvido.
Ya estoy vieja para tanto drama,  pero no existe edad para seguir equivocándose y llorando por la misma cosa.
No aprendo, no aprendo. Me rehusó a decir que ya no lo haré.
No poder gritar a los cuatro o mil vientos, asfixia mi día,  mi vida.
Bonito,  sería arreglar la máquina que se atora en lo mismo siempre. 

Comentarios

Entradas populares